lunes, 27 de octubre de 2014
El laberinto misterioso
Era un día antes de Halloween. Estaba muy entusiasmada. No solo porque iba a ser Halloween, es que era mi cumpleaños también. Y tuvo que coincidir el día que yo nací con la noche de los muertos vivientes, o sea, los zombies. Por cierto, me llamo Jade y tengo 11 años. Era por la tarde, las 18:31 exactamente. Había invitado a Carla y a Patricia a venir a mi casa. Merendamos y fuimos a mi cuarto. En la calle hacía sol y pensamos en ir de paseo después de jugar un rato. Mi madre, Úrsula, nos subío un bizcocho con chocolate caliente. Cuando lo comimos todo Patricia miró mis peluches. Como nunca había venido a mi cuarto se prenguntaba muchas cosas.
_Jade, ¿todavía tienes peluches? Yo los dejé hace un mes. ¡Son para niños! Harías bien en regalarselo a tu hermano Luis.
_¡Ja, ja! ¡Que graciosa eres, Patri! Los peluches se dejan cuando tu quieres. Nunca es tarde para dejarlos. Así que yo, no tengo prisa. Contesté yo riéndome.
Estaba enfadada con Patri. ¡Me estaba llamando niña pequeña! Tampoco pensaba regalarselos a mi hermano. ¡Eso es de locos! Los rompería. No durarían ni una semana en sus manos. Carla, como siempre, intenta que no discutamos. Medita largas horas y le encanta el té. Por eso es tan tranquila y nunca grita, ni se enfada y tampoco se cabrea. Ella es así, y nadie puede cambiar su personalidad.
_Chicas, chicas, chicas...Tranquilas, no hay motivo para cabrearse. Probad a meditar.
Meditamos como nos aconsejó Carla. Cuando estabamos más tranquilas, nos pedimos perdón.
_Perdón Jade. Yo solo quería decirte que los peluches ya no se deberían de tener en esta época. Tu edad es perfecta para dejarlo. Si no, no querrás irte a tu apartamento sin los peluches. Tendrás que ir al supermercado con los peluches, incluso al instituto con los malditos peluches. ¡Dejalo ya! Suplicó Patricia.
_Lo siento, tienes razón. Debería dejar a Mr. Bunny de una vez.
_¿Quién es Mr. Bunny? Preguntó con curiosidad Patricia.
_Es mi peluche preferido. Un conejito parlanchín. Me le regalaron en mi anterior cumpleaños, o sea, en el anterior Halloween. Expliqué yo.
Había invitado a mis amigas a dormir a mi casa también. A las 22:00 pm cenamos y nos pusimos a dormir.
_Jade, ¿Estás dormida? Preguntó Patri.
_No, ¿qué quieres?
_Bueno, nada, solo que no tengo sueño. Creo que Carla está dormida.
_¡No, no consigo dormirme tampoco! Esto es muy incomodo. Susurró Carla.
_Chicas, dice mi madre que si no nos dormimos podemos leer un libro o ver la televisión.
Me puse a ver la televisión con Patri y Carla fue a coger un libro.
_¿Cual me recomiendas, Jade? Preguntó Carla.
_Todos son buenos. Pero hay uno muy guay que leí hace poco. Mira, haber si le encuentro. Respondí yo.
Mi estantería era muy grande y había muchísimos libros.
_¡Mira! Este de lugares secretos estaría bien. Exclamó Carla.
_Carla, creo que ese no es mio. No lo he visto en mi vida.
Cuando tiró del libro para sacarle se abrió un portal mágico.
_¡Dios mio! ¿Qué a pasado? De repente la TV se a apagado sola. Gritó Patricia.
_¡Cuidado! ¡Mis padres nos podrían oir! Hay que estar en silencio...Dije yo.
_Chicas, creo que alguien nos está mandando que entremos en el portal. Se dió cuenta Carla.
_Entrad...Entrad...Entrad...
_Muy bien. ¿Y si entramos? Solo para ver que hay dentro...Dijo Patricia.
Todas estabamos muy asustadas. Pero Patri, como es muy valiente, quería entrar.
_Jade, vamos a entrar, solo para ver que hay. ¡Porfi! Carla estaba ansiosa.
_No, de eso nada. Yo me quedo aquí a dormir, tengo sueño.
Patri y Carla entraron en el portal. Se asomó la manita de Carla que me arrastró hasta cruzar el portal. Yo cogí a Mr. Bunny.
_¿Qué habéis hecho? ¡Esto es de locos! ¡Estamos en un lugar desconocido! Grité yo.
Algo se movía del bolso de Patri.
_¿Patri, llevas algo en tu bolso? Preguntó Carla.
_Mmmmm...¡Claro que NO!
Carla abrió su bolso. ¡Llevaba a su perrita Lady!
_¿¡Tienes a Lady!? ¡¡¡Esto es de locos!!! ¡Dios mio, no se donde estamos! ¿Cuántas puertas hay? Creo que me voy a desmayar...Grité de nuevo.
_Tranquila, Jade, solo vamos a ver que había y ahora salimos. ¿Solo hay estas puertas? Pues valla...Vamonos...Dijo Patri.
_¡Espera! Puede que alla algo misterioso detrás de ellas. Exclamó Carla.
_Ya, pero Jade tiene razón, puede ser peligroso. Solo vamos a ver y nos vamos. Además, se ha desmayado, tenemos que llevarla a su casa.
Pero cuando Patri se dio la vuelta el portal había desaparecido.
_¡Genial! ¡Ahora estamos atrapadas aquí! ¡¡¡Esto es de locos!!! Grité yo.
_¿Pero no estabas desmayada? Preguntó Carla.
_Sí, pero al oír eso me he puesto frenetica. ¡¡¡Esto es de locos!!!
_Vamos a abrir una puerta. Puede que en este lugar haya otra salida. Pensó Patricia.
_Esto es un laverinto, niñas...Aquí hay 20 puertas. Solo una de ellas te lleva hasta la salida. Una vez que entras ya no puedes salir...Y si entras en una incorrecta morireis todas...¡¡¡Todas!!! ¡Ja, ja, ja!
_¿Qué a sido eso? Pregunté yo.
_El fantasma de antes. Respondió Carla.
Una rata entró a una puerta verde. Se olló RRRRRR RRRRRRR. La puerta se abrió y salió volando el cadaver de la rata. Aterrizó en el zapato de Patricia.
_¡¡¡Que ascooooo!!! Gritó ella.
De repente, Mr. Bunny se movió. Saltó al suelo y nos miró a las tres.
_Vosotras sois las elejidas. Sois valientes y amigas. Hay una puerta que os lleva a la salida. La verde seguro que no. ¿O lo queréis comprobar?
_¡¡¡Nooooo!!! Grité yo.
_Hay un truco para saber cual es. Tenéis que hacer reír al rey y la puerta correcta se abrirá.
_Haber rey, te sabes el chiste de...
_¡¡¡No!!! ¡Los chistes no valen! Tenéis que decir todos los secretos más intimos que no le habéis dicho a vuestras amigas.
_Está bien...Suspiró Patricia.
_Yo no tengo secretos. Dijo Carla.
_Pues Jade seguro que os esconde alguno.
_Sí, tengo muchos secretos, pero ellas ya los saben. Somos amigas y no nos ocultamos nada...
Se abrió una puerta azul.
_¿Por qué se a abierto la puerta? No tenemos secretos ocultos entre nosotras.
_Es que las amigas no se ocultan secretos. Habéis pasado la primera prueba de diez.
Pasamos por la puerta azul. Luego había un escaparate de muñecas de cerámica con caras de asesinas. Salieron del escaparate y se hicieron de tamaño humano. Fueron a por nosotras. Corrimos hasta llegar a una esquina que no tenía salida.
_Os vamos a matar...Dijo una.
Lady mordió la pierna a una muñeca. Esta calló al suelo y se rompió porque era de cerámica.
_¡Eso es! Tenemos que romperlas. Exclamó Patricia.
Una muñeca iba corriendo hacía Carla cuando Patricia cogió a otra y la pusó en su sitio. Las dos se chocaron y se rompieron.
_¡Dos menos!
Y así hasta que solo quedó una.
_A mí si que no me matáis. Tengo 7 vidas. Gritó la muñeca.
_Mmmm...7 vidas...Eso lo tienen los gatos, y así que tú eres...Dije yo.
_¡Exacto! ¡Una gata!
Se transformó en una muñeca-gata.
_Un momento, lo que odian los gatos son los perros. Y tenemos uno...¡¡¡Corre Lady!!! Pensó Patricia.
Lady pegó un ladrido tremendo y la gata se fue corriendo.
_Genial chicas, ya habéis pasado la segunda prueba. Dijo el conejo parlanchín.
Y pasamos más pruebas hasta llegar la última.
_¿Qué hay que hacer en esta prueba? Preguntó Carla.
_En esta prueba tenéis que hacer algo que haría una verdadera amiga. ¡¡¡Sacrificarse!!! Gritó Mr. Bunny.
Entonces cogió a Patricia y a Carla y las amarró con una cuerda. Debajo estaba un volcán de lava.
_Elige: Tus amigas o tú.
Yo estaba nerviosa y asustada. Tenía mucho miedo.
_¡Jade! ¡Sálvate tú! Gritó Patricia.
_Soltadlas. Matadme a mí.
Entonces me amarraron con la cuerda. Guiñé el ojo a Carla y Patricia. Carla, que sabía karate, sacó fuera al controlador de la cuerda (porque a la cuerda la sujetaba un camión) y Patricia se escondió detrás de Mr. Bunny. El conejo se hizo gigante.
_Despídete de tus amigas.
Entonces, Patricia le llamo.
_¡Eh! ¡Conejito bonito! ¿Quiéres una zanahoria? ¡¡¡Pues búscala!!!
Mr. Bunny fue detrás de la zanahora. La había tirado dentro del volcán y este saltó dentro. Carla movió el camión hacia atras y Patri me solto.
_Muchas gracias, chicas, no se que haría sin vosotras.
Nos dimos un abrazo en grupo. Ellas me gritaban:
¡¡¡JADE FELICIDADES!!! ¡¡¡TE QUEREMOS JADE!!! Pero había algo que no encajaba... ¿ESTÁS DORMIDA? ¡¡¡DESPIERTA!!!
_¿Todo a sido un sueño?
_Sí, Jade. Estabas gritando mucho y pensamos que estarías soñando. Dijo Carla.
_Ya es por la mañana. ¡Felicidades!
Y disfruté de mi cumple un montonazo. Estar con mis amigas y mi familia es el mejor regalo que puedo tener.
FIN
Cuento escrito por: Cristina Palencia
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